El procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, confió en que la justicia polaca impondrá drásticas sanciones en contra del sacerdote Wojciech Gil, acusado de abusar sexualmente de al menos nueve niños en la República Dominicana.
Manifestó que "es un hecho que ha golpeado lo más profundo de la familia dominicana".
Domínguez Brito expresó su confianza en se le imponga la pena máxima, teniendo como principio general de que el crimen no tiene fronteras.
Asimismo, que un hecho cometido en República Dominicana puede ser sancionado por un tribunal de otra nación, con la misma rigurosidad y que contribuyan a satisfacer al sistema de justicia.
"Lo que aquí aconteció es un hecho grave en contra de la niñez, hemos laborado y trabajado muy duro en una acusación en contra de esta persona, los elementos de prueba están ahí, y hasta ahora hemos tenido total colaboración de la justicia polaca".
El funcionario reveló que la semana pasada hubo conversaciones entre la Fiscalía de Santiago y la justicia polaca, sobre trámites y documentos.
También dijo que ayer se estaban comunicando con ellos para tener información respecto al apresamiento, y cuándo será su presentación por ante un juez.
Además, indagaron cuáles serían las probables medidas que tomaría ese magistrado con el expediente, tomando en cuenta las opciones de si sería una libertad bajo fianza o un arresto definitivo.
"Hasta ahora hemos tenido una participación, digamos, de trabajo conjunto con las autoridades polacas, de suministrar cuantas documentaciones sean requeridas, a los fines de hacer coherente la acusación de aquí con la polaca".
Domínguez Brito dijo que una vez se inicie la jurisdicción de juicio, está evaluando diferentes posibilidades.
"Llámese contratación de abogados, constitución en actor civil, contacto con alguna organización no gubernamental polaca que nos pueda también prestar auxilio en ese sentido".
Advirtió que lo que no desean las autoridades dominicanas es que en el caso haya impunidad.
"Lo que reclamamos, lo que deseamos, lo que esperamos es que no haya impunidad, fueron nuestros niños los abusados, y nosotros no queremos permitir, de ninguna manera, y haremos todo cuanto sea posible".
Indicó que si se requiere que fiscales vayan, y el sistema lo permite, irán a Polonia.
"Lo que haya que hacer, lo vamos a hacer para que no haya impunidad en este caso". Según reportes de prensa, agentes se personaron en la casa familiar de Gil, en una localidad cercana a Cracovia (sur del país), con una orden de detención emitida por la fiscalía polaca.
De probarse las acusaciones, el sacerdote podría pasar hasta doce años de prisión según la legislación de Polonia.
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