Washington,.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió hoy, en una reunión con líderes de las fuerzas del orden, de que "la ventana" para aprobar una reforma migratoria se estrecha, y solo quedan "dos o tres meses" antes de que se cierre por completo con la llegada de las elecciones.
El mandatario estadounidense quiso así dar un empujón más al debate migratorio, y llamó de nuevo a los republicanos de la Cámara de Representantes a que sometan a voto el proyecto de ley bipartidista que ya fue aprobado por el Senado hace un año, o bien la versión similar redactada en la Cámara baja.
"Tenemos una ventana muy estrecha. Cuanto más nos acerquemos a las elecciones, más difícil será lograr las cosas", insistió en alusión a los comicios legislativos de noviembre.
Obama insistió en su reunión en que la seguridad fronteriza es una prioridad para su Gobierno dentro de los parámetros que deben conformar el nuevo sistema migratorio estadounidense.
"Algunos republicanos se están dando cuenta de que el bloqueo de la reforma migratoria no es una opción, y esa es la buena noticia", consideró el mandatario en referencia al viraje en las posturas de algunos legisladores de la bancada conservadora.
En la reunión, Obama habló durante unos 10 minutos a alrededor de 40 representantes de una decena de asociaciones de miembros de las fuerzas del orden. Por parte de la Administración estuvieron presentes, entre otros, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, y la directora de Política Nacional, Cecilia Muñoz.
Como ya ha hecho en otras ocasiones, Obama reiteró hoy que está dispuesto a negociar sobre la ley, pero que ésta debe albergar un camino a la ciudadanía de algún modo.
"No estamos empeñados en asegurarnos de que cada letra de lo que está en el proyecto del Senado es exactamente lo que finalmente aterriza en mi escritorio para firmarlo", dijo el presidente.
La reforma migratoria permanece estancada en la Cámara de Representantes desde hace casi un año, después de que el Senado aprobara un texto bipartidista en junio que no ha sido votado en la Cámara baja y que cuenta con el beneplácito del presidente.
El ala más conservadora del Partido Republicano, que controla la Cámara de Representantes, se niega a considerar el texto que contiene un camino hacia la ciudadanía para los casi 12 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que hay en el país.
Además, los republicanos argumentan que el proyecto no es lo suficientemente fiable en términos de seguridad fronteriza y alegan que tampoco se fían de que Obama aplicara al pie de la letra una legislación que conjugara represión de la inmigración ilegal y regularización.
Sin embargo, la presión sobre los republicanos se ha ido incrementando por los grupos pro derechos civiles, y también por parte de importantes sectores empresariales, que están de acuerdo en los beneficios económicos que supondría adoptar dicha reforma.
Precisamente el lunes, el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Tom Donohue, dio un ultimátum a los republicanos.
"Si los republicanos no lo hacen, no deben molestarse en presentar un candidato en 2016. (...) Piensen en eso. Piensen en quiénes son los votantes. Lo digo por llamar la atención de todo el mundo", dijo Donohue en un acto en la capital federal, tras afirmar que aún puede lograrse la reforma en 2014. EFE
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