La doctora Karen Rosenbaum dijo que Joselyn Ortega no puede entender por qué está acusada
NUEVA YORK._ La doctora Karen Rosenbaum, una siquiatra forense contratada por la defensa de la niñera dominicana Joselyn Ortega, acusada de asesinar a los niños Leo y Lucía Krim, dijo ayer lunes en la corte que la imputada le confesó que "voces del más allá" le ordenaron cometer los asesinatos.
La especialista testimonió durante una audiencia preliminar en la que el juez del caso escuchó los argumentos contrapuestos de la fiscalía y la defensa, respecto a que si Ortega está apta para enfrentar un juicio o no.
La siquiatra aseguró que la niñera nativa de Santiago de los Caballeros no está en capacidad de concurrir al juicio.
Dijo que comenzó a entrevistar a Ortega en el Hospital Presbiteriano / Well Cornell, donde fue internada en estado crítico, luego que tratara de suicidarse cortándose la garganta, el mismo día que alegadamente mató a los menores que estaban a su cuidado.
La doctora Rosenbaum narró que la niñera deliraba y se encontraba con un alto nivel de depresión. "Cuando le pregunté si quería vivir o morir, me contestó que ella no sabía", añadió la experta. "Comenzó a llorar y no supo qué responder", dijo Rosenbaum.
Dijo que esa conversación se produjo en noviembre del año pasado a menos de un mes de los asesinatos. "Ella también había estado escuchando voces, diciendo que voces múltiples le ordenaban matar un montón de gente", agregó la siquiatra.
Ortega, de 50 años está acusada de un cargo por asesinato en primer grado, por el que de ser hallada culpable, pudiera ser condenada a cadena perpetua y de otro por asesinato en segundo grado que le significaría al menos 25 años adicionales en la cárcel.
La niñera se cortó parte de su arteria carótida, el día de los crímenes y la madre de las víctimas, Marina Krim, dijo en el momento que encontró a sus hijos y a Ortega en un charco de sangre en la bañera del apartamento, después que regresara de la escuela de artes en la que estudia su hija mayor.
Ortega también se fracturó una vértebra y se le sometió a un coma inducido. El juez de la Suprema Corte Estatal en Manhattan, Gregory Carro ripostó a la siquiatra de la defensa que la niñera dominicana, ya había sido encontrada apta para el juicio por dos especialistas designados por el tribunal.
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