Incorporando pescado a nuestra dieta

“El que coma de mi cuerpo y beba de mi sangre tendrá vida eterna” fue la frase que,

según los dogmas de la religión cristiana, pronunció Jesús antes de multiplicar el pan y los peces.

Históricamente la figura del pescado siempre ha sido retratada de un modo noble, positivo, beneficioso. Desde aquí no nos centraremos en conceptos o lecturas relacionadas a la “fe” pues ciertamente no es nuestra intención. Efectuaremos, en cambio, un análisis desde un punto de vista totalmente diferente. Hablaremos del pescado desde la “ciencia”: la ciencia de la nutrición, por supuesto.

La importancia de incorporar pescado a nuestra dieta se apoya en argumentos como los siguientes…

- Contiene todas las vitaminas y los aminoácidos esenciales que necesita el

ser humano

- Es un alimento fácilmente digerible, con un contenido relativamente bajo en calorías.

- Alberga lípidos que ayudan a prevenir infartos de miocardio y arterioesclerosis.

- Es considerado una rica fuente de minerales como el calcio, yodo, hierro, potasio y fósforo (estos elementos combaten el colesterol, ayudan al sistema circulatorio y hasta refuerzan al sistema inmune contra los carcinomas)

Una cuestión vital es reconocer cuándo el pescado está realmente fresco pues, de otro modo, nada de lo apuntado anteriormente tendrá validez. Aquí algunos consejos para no ser engañados: el cuerpo debe estar firme y brillante al igual que los ojos, la piel debe tener las escamas bien adheridas, las branquias deben ser claras y rojas y el olor…malo (parece un oxímoron: olor malo, pescado bueno).

Sobre su conservación, debemos tener en cuenta que el pescado se ha de almacenar en un refrigerador común por un lapso de no más de dos días. Ahora, si disponemos de un congelador en ese caso el pescado se puede mantener super congelado por mucho más tiempo (siempre y cuando no se haya interrumpido la cadena de frío).

Si Jesús escogió multiplicar pescados en vez de cualquier otro tipo de carne debido a las  saludables propiedades que éste alberga, es una incógnita que solo podrá responder cada sujeto de modo individual y de acuerdo a su fe y a su modo de ver la vida.