En España la crisis inmobiliaria ha dejado al descubierto despropósitos de gran envergadura. El más sonado, la ciudad fantasma de 'El Pocero', en Seseña, a poco más de 30 kilómetros de Madrid. El residencial Francisco Hernando,
su nombre oficial, preveía la construcción de 13.508 pisos, aunque al
final se
han construido solo 5.092, muchos de las cuales están todavía
vacíos.
Se construyó en un pequeño municipio, que ha experimentado un crecimiento de población del 350% entre 2000 y 2012, el cual se ha correspondido con un aumento de un 710% en volumen de hogares. De las 1.426 viviendas registradas en 1991 pasó, según el censo de 2011, a registrar 11.860. Y de estas, más de 4.500 (38%) están vacías.
Es el paradigma de lo que genera una burbuja inmobiliaria y la crisis que viene después. Ahora en China
se está produciendo algo parecido. Su pujanza comercial e industrial se
ve acompañada de un desarrollismo un tanto delirante en la construcción
de infraestructuras, la urbanización y el ladrillo que ha dado ya lugar
a una brutal deuda bancaria.
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