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domingo, 2 de marzo de 2014

Dominicanos consumen cada vez menos habichuelas


Los dominicanos que viven en zonas urbanas están cambiando sus hábitos alimenticios tradicionales a un punto tal que han reducido el consumo de granos de leguminosas, como la habichuela, en un 60%, reflejándose de manera negativa en la salud, así lo afirma la doctora Graciela Godoy de Lutz, investigadora del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y
Forestales (IDIAF) y experta en leguminosas comestibles. 
La doctora Godoy  lamenta que debido al desconocimiento de los beneficios a la salud de este alimento,  las personas que más necesitan alimentos nutraceúticos sean los que más lo rechacen, especialmente las habichuelas rojas, que contienen una mayor cantidad de  antocianinas que le dan el color rojo y  son antioxidantes muy potentes que protegen contra  el estrés oxidativo de las células.
De acuerdo a estadísticas del Ministerio de Agricultura, el consumo de leguminosas ha fluctuado entre 6 a 11 libras per capita en los últimos tres años, esta cantidad está por debajo de las recomendaciones nutricionales.  En países de Centro y Sur América el consumo es de 30 a 45 libras per capita de acuerdo a estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Resultados de estudios sobre el consumo de granos de leguminosas en México y Costa Rica presenta que el consumo ha disminuido entre 15 a un 20 %,  al sustituirlo por carbohidratos simples junto a las grasas, que se ha correlacionado con un aumento de enfermedades crónicas degenerativas,  especialmente en las zonas urbanas.
Las habichuelas, considerada por los nutricionistas como un súper  alimento, posee compuestos bioactivos de reciente descubrimiento con actividad anticancerígena. El consumo de habichuelas es recomendado por diferentes sociedades médicas en los Estados Unidos de América, como fuente de proteínas, vitaminas, así como de ácido fólico, minerales y fibras solubles e insolubles para el manejo y prevención de  enfermedades crónicas. 
La investigadora señala que los factores que han contribuido a la disminución del consumo de habichuelas en los últimos diez años son: la falta de promoción sobre los  beneficios del consumo de leguminosa para la salud, la falsa publicidad sobre los supuestos efectos en artríticos y los cambios en el estilo de vida de la población.
Entre los componente bioactivos anticancerígenos de las habichuelas se encuentran los lignanos y saponinas, antioxidantes que incluyen triterpenoides, flavonoides, inositol, inhibidores de las proteasas, esteroles entre otros y oligosacáridos que promueven bacterias beneficiosas en los intestinos y producen ácidos grasos de cadena corta que protegen las células del colon.
Resultados de meta análisis de las investigaciones clínicas y epidemiológicas en los últimos 10 años revelan que un consumo diario, de al menos una taza de habichuelas, incluyendo los granos, reduce los niveles de azúcar en la sangre, colesterol y triglicéridos y otros biomarcadores de procesos inflamatorios que desencadenan  enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer como el de mama, colon y próstata.
Muchos dominicanos, que padecen diferentes enfermedades crónicas, han dejado de consumir habichuelas, en especial las rojas, con la creencia de que el contenido de purinas de estos alimentos aumentan los niveles de ácido úrico. Sin embargo, investigaciones médicas recientes demuestran que las purinas en alimentos de origen vegetal, como es el caso de las habichuelas rojas, no aumentan los niveles de ácido úrico por lo que el Colegio Estadounidense de Reumatología recomienda el consumo de este alimento como parte de una dieta rica en vegetales y frutas, en pacientes artríticos.
La doctora Godoy enfatiza en que las habichuelas son excelentes alimentos integrales, ya que no se procesa ni se le extrae la cáscara ni el pigmento como se hace con otros cereales. Para los dominicanos, es relativamente barato en términos de costo por gramo de proteína, ya que una taza de habichuelas provee hasta un 20% de proteína y con una libra de granos se pueden servir hasta 6 porciones. 
La investigadora agrícola sugiere crear alianzas entre instituciones gubernamentales y asociaciones de productores, organizaciones no gubernamentales (ONG’s) para promover un mayor consumo de este alimento y educar a la población de los beneficios a la salud.
Actualmente, en la Estación Experimental de Arroyo Loro del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), localizada en San Juan de la Maguana, se dispone de una amplia colección de  variedades de leguminosas comestibles con granos de diferentes tamaño y coloración, con alto contenido de antioxidantes y que han sido desarrolladas por los investigadores dominicanos.
También, se evalúan nuevas variedades fortificadas, con alto contenido de hierro y zinc.  Estas últimas podrían ser sembradas en San Juan para incluirlas en el desayuno escolar y así contribuir a corregir el déficit nutricional que causa anemia y desnutrición a los estudiantes en las zonas empobrecidas del país y, a la vez, se contribuye con los productores nacionales de leguminosas comestibles.

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