Hay quienes no simpatizan con la lechuga y la
desvalorizan a la categoría de “pasto”. Pero, también es probable que
quienes se privan del placer de consumirla desconozcan todos los
nutrientes que esta planta herbácea esconde en sus hojas.
Propiedades nutritivas de la lechuga
Hierro
La lechuga contiene una gran cantidad de hierro. Este es esencial
para la formación de las células sanguíneas. Además, ayuda a combatir la
fatiga y a
prevenir la anemia.
Antioxidantes
Posee un alto nivel de antioxidantes que ayudan a retrasar el envejecimiento de los tejidos.
Vitaminas
Consumir lechuga aporta una gran variedad de vitaminas
indispensables para el correcto funcionamiento fisiológico. Algunas de
ellas son la vitamina A, que favorece a una buena visión; la vitamina
E, encargada de fortalecer el sistema inmunitario; la vitamina C, que
ayuda al crecimiento y de los tejidos y el complejo de vitaminas B1, B2 y B3 que mejoran el funcionamiento del cerebro y del metabolismo.
Minerales
Su contenido de minerales también es significativo. Entre estos
figuran el potasio, esencial para expulsar los deshechos celulares; el
fósforo, indispensable para el funcionamiento correcto de los riñones;
calcio, imprescindible para fortalecer los huesos; magnesio,
fundamental para la producción y de energía; y sodio, un vital para controlar la presión arterial.
Omega-3
Este ácido graso interviene en las conexiones neuronales y en el
funcionamiento cerebral. Por ello, su consumo agudiza la memoria y la
concentración.
El hecho de que en general ingieras esta planta cruda hace que
podamos beneficiarnos de todos estos nutrientes, evitando que sus
propiedades alimenticias se pierdan en el proceso de preparación. Además
de que es muy fácil de incorporar a tus platos, si te resulta un poco
insulsa, puedes realzar su sabor con algún aderezo.
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