Menos carbohidratos, ¿menos peso?

Desde hace años se tiene la creencia de que las dietas bajas en carbohidratos son las más eficaces, pero nosotros teníamos nuestras dudas, así que buscamos los mitos más grandes sobre este tipo de dietas, ¿realmente funcionan?

1. Los carbohidratos te hacen engordar. Ya es hora de que acabemos con

este tonto, pero súper común, mito. Hemos hablado en otras ocasiones de que existen carbohidratos buenos, o complejos, y carbohidratos malos, o simples. Los carbohidratos son la fuente principal de energía que requiere tu cuerpo y tu mente para trabajar. Así que esa última resta que no pudiste hacer sin la ayuda de una calculadora probablemente la hubieras logrado de no haber cambiado tu plato de cereal integral por dos huevos a la mexicana. Tampoco creas que al llenarte de pan antes de un examen o de una importante junta de trabajo te dará todas las respuestas como por arte de magia, pero definitivamente lograrás concentrarte mejor si incluyes en tu dieta diaria cereales integrales, pastas, frutas y verduras.

2. Cambiar los carbohidratos por proteínas te hará perder peso. Es cierto que las proteínas son responsables del crecimiento de los músculos, principalmente. Pero al no comer suficientes carbohidratos, tu cuerpo buscará energía de otras fuentes, transformando las proteínas en glucosa para mantenerte de pie durante el día. El resultado de este intercambio innecesario es la reducción de tu guardadito de proteínas, afectando la masa muscular y alentando la tasa metabólica. En palabras más sencillas: quemas menos calorías, por lo tanto, aumentas de peso. Así que aunque las proteínas son muy buenas, no les gusta estar solitas, por lo que hacen mejor su trabajo y están más felices si las complementas con carbohidratos buenos.

3. Las dietas bajas en carbohidratos evitan que comas frutas y verduras. Al parecer los carbohidratos y los dentistas necesitan una nueva agencia de relaciones publicas porque todo el mundo les tiene miedo. Afortunadamente no es más que la mala fama (de ambos) porque no son tan malos como parecen. A pesar de que las frutas y las verduras son, de facto, principalmente carbohidratos, son absolutamente esenciales en la alimentación diaria y están absolutamente prohibidos en una dieta baja en carbohidratos. No seas presa de la mala publicidad que tienen estos alimentos y evita eliminarlos de tu plan alimenticio. Utilízalos para reemplazar la comida chatarra y guía a tu cuerpo a un futuro mejor.

4. Todos los carbohidratos son azúcares. A pesar de que los carbohidratos sí contienen algún tipo de azúcar, la idea de que todos los carbohidratos aumentan los niveles de azúcar en la sangre es errónea. Técnicamente azúcar se refiere a la glucosa, la galactosa y la fructosa y no al azúcar de mesa que conocemos, así que decirle a la gente que los carbohidratos se convierten en azúcar es incorrecto, no vayan a pensar que es lo mismo comerse un dulce que una papa.

5. Las dietas bajas en carbohidratos funcionan. Al principio probablemente bajes rápido de peso en una dieta baja en carbohidratos, que es la principal razón por la que la gente se emociona y empieza a comprar kilos y kilos de filete de salmón para sustituirlo por un cereal integral; pero esa baja de peso solo durará poco tiempo. Quemar grasa sin ingerir carbohidratos hace que se produzca una sustancia llamada cetona. Las cetonas son responsables de disminuir el apetito (¡adiós a la doble cena!), pero esto puede ser peligroso a largo plazo porque los niveles altos de cetonas pueden reducir la masa mineral en los huesos, dejándolos frágiles y débiles; y no quieres tener la cadera de un viejito a los 29, ¿verdad?

Lo ideal cuando buscas perder peso es evitar la palabra dieta y evitar pensar que se tratará de una situación temporal ya que una alimentación sana y balanceada debe ser un estilo de vida y debes buscar seguirlo la mayor parte del tiempo para lograr resultados increíbles no solo en tu cuerpo sino también en tu salud, a corto, mediano y largo plazo.