NUEVA YORK._ Casi dos años después del asesinato en un atraco del bodeguero dominicano Diógenes Miguel Almonte, ultimado de varios balazos en su bodega "Bernard Grocery", la policía de Camden en New Jersey, continúa la búsqueda de los matones.
La recompensa, ha sido aumentada a $21.000 dólares y a la persecución se han unido el FBI y la Policía Estatal.
Recientemente numerosos agentes de varias agencias de la ley, fueron desplegados en la 1200 de la calle 27 Norte, tocando puertas y hablando con los residentes para tratar de conseguir nuevas informaciones y testigos.
Hasta ahora, el esfuerzo de las autoridades ha sido infructuoso aunque se espera, como es frecuente, que alguno de los asesinos o los tres atracadores que mataron al comerciante dominicano, nativo de San Francisco de Macorís, cometa un error.
El crimen, calificado por los investigadores como uno de los más horribles de los últimos años en la insegura ciudad de Camden, fue cometido a las 8:30 de la noche del 5 de diciembre del 2011.
Los agentes que recorrieron las viviendas en el vecindario donde está situada la bodega que era propiedad del dominicano, distribuyeron volantes anunciando la nueva recompensa.
El detective Bill Frampton de la policía del condado, dijo que los asesinos responsables de esa muerte no deben seguir estando en las calles, por lo que la ciudadanía debe cooperar para capturarlos y enfrentarlos a la justicia.
Los atracadores que estaban enmascarados, entraron a la bodega anunciando el robo y dispararon cuando uno de los empleados trató de resistirse. Tres trabajadores de la bodega también fueron heridos pero sobrevivieron a los balazos.
Almonte fue impactado con varios tiros en distintas partes del cuerpo. Los investigadores aún no han revelado detalles respecto a las heridas de los heridos.
John Hunsinger, un investigador de la Oficina del Fiscal de Condado, explicó que los sobrevivientes todavía se recuperan de las lesiones.
Los atracadores se llevaron dinero en efectivo y los investigadores creen que usaron un fusil automático en el asalto tipo militar y una escopeta. "Este fue un asesinato especialmente brutal, porque Almonte estaba rogando por su vida, pero los asesinos no tuvieron piedad", dijo una fuente de la investigación.
El jefe de la policía del condado, Scott Thompson dijo que el crimen sacudió la conciencia de la comunidad y recordó que Almonte no era diferente a la mayoría de los residentes de la ciudad y llegó desde su natal República Dominicana para buscar una mejor vida en Estados Unidos.
"Teníamos un comerciante que vino aquí en busca de lograr el sueño americano para él y su familia, pero ese sueño, se le convirtió en la pesadilla americana", añadió el jefe policial.
La bodega, que había sido cerrada después del asesinato de Almonte, fue reabierta después que un nuevo propietario la comprara, pero el comerciante no identificado sólo duró tres meses.
Otros tres robos fueron cometidos en el mismo negocio luego del crimen del dominicano.
Vecinos de la cuadra dijeron que el asesinato de Almonte, fue impactante, pero pone de relieve el alto nivel de inseguridad que se verifica en la zona.
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