El consumo de alcohol durante la adolescencia tiene muchos riesgos. Algunos de ellos son directos porque la ingesta de bebidas alcohólicas es peligrosa para la salud. Otros de los riesgos en el caso de los adolescentes son indirectos y están ligados a los comportamientos derivados del consumo de alcohol.
Además no hay que olvidar que el consumo de alcohol también es ilegal durante la adolescencia en la mayoría de los países. En Estados Unidos solo se pueden beber bebidas alcohólicas a partir de los 21 años. En otros países esa edad varía pero en general está entre los 18 y los 21 años.
Riesgos directos
Dependencia. El alcohol es una sustancia adictiva que crea una dependencia similar a la de las drogas. En el caso de los adolescentes, además ese riesgo es mucho mayor. Un estudio realizado en Estados Unidos y publicado en la revista médica Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine demostró que un 47% de las personas que comienzan a consumir alcohol antes de los 14 años desarrollan una dependencia en algún momento a lo largo de su vida. Cuando se espera a los 21 años para empezar a beber alcohol, el riesgo de dependencia se reduce hasta el 9%.
Provoca enfermedades. Hay trastornos muy graves como cirrosis, alta presión y algunos tipos de cáncer cuya probabilidad de sufrirlos aumenta con el consumo de alcohol.
Engorda. El consumo de alcohol engorda.
Envejece la piel. La piel es uno de los órganos más afectados por el consumo de alcohol.
Problemas sexuales. El consumo de alcohol puede provocar impotencia en los varones y alteraciones menstruales en las mujeres.
Pérdida de memoria. El consumo frecuente de alcohol tiene efectos en el cerebro, sobre todo en el caso de los adolescentes. No sólo provoca pérdida de memoria, también influye en la capacidad de concentración y, en general, en todo el proceso cognitivo.
Riesgos indirectos
Accidentes de tráfico. Una gran parte de los accidentes de tráfico entre adolescentes están relacionados con el consumo de alcohol y drogas.
Embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. La falta de control sobre uno mismo que provoca el alcohol puede llevar a tener relaciones sexuales sin la protección adecuada.
Violencia. La euforia y falta de control que provoca el consumo excesivo de alcohol pueden llevar hasta conductas violentas. Jóvenes que se ven en medio de peleas o de comportamientos agresivos.
Entender las razones por las que beben los adolescentes pueden ayudarnos a combatirlo.
Superación de la timidez. El alcohol es un potente deshinbidor y muchos adolescentes combaten con él sus problemas de timidez o relación.
Presión social. En muchas ocasiones la sociedad en la que viven los jóvenes alienta, directa e indirectamente, el consumo de alcohol mostrándolo como una prueba del éxito social. Los jóvenes imitarían esa conducta en busca también de su éxito social.
Imitación de los adultos. Los adolescentes están viviendo la transición entre la pubertad y la edad adulta. Muchos de ellos imitan comportamientos adultos en la creencia de que eso les hace maduros y el consumo de alcohol se sitúa muchas veces en ese contexto.
Integración en el grupo. Los adolescentes que ser relacionan con otros adolescentes que beben alcohol también lo consumen para sentirse parte del grupo.
Para evitar que beban y que adopten otras conductas de riesgo es imprescindible que los padres comiencen a educar a sus hijos desde niños.
Responsabilidad. Hay que educar a los chicos para que sean responsables. Que entiendan y asuman los riesgos de determinadas conductas.
Autoestima. Cuando los chicos tienen suficiente autoestima, es decir, están seguros de sí mismos es mucho más improbable que necesiten estímulos externos para sentirse bien o relacionarse socialmente.
Normas. En algunos de nuestros países de origen, la permisividad hacia el consumo de alcohol, incluso entre los jóvenes, es muy alta. Pero si queremos que nuestros hijos no corran riesgos en este sentido deberemos imponerles normas claras sobre la prohibición de su consumo.
Salidas. En la mayoría de los casos, el consumo de alcohol entre los adolescentes se produce en los fines de semana y durante los festivos y por las noches. Se pueden evitar algunas de esas situaciones estableciendo una hora de vuelta a casa temprana.
Si a pesar de todo, unos padres descubren que su hijo adolescente es consumidor habitual de bebidas alcohólicas deben buscar ayuda para él. Existen en la mayoría de las ciudades asociaciones de alcohólicos que pueden proporcionarles la información necesaria para saber dónde acudir.
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