Los 423 asesinatos de mujeres que han dejado en la orfandad a 1,469 niños, no los resolverá la justicia penal, si no el cambio de la mentalidad de los hombres de esta sociedad machista y la responsabilidad del rol que debe jugar el Estado, ofreciendo respuestas y asistencias a las féminas maltratadas, con recursos y políticas concretas, no con simples charlas y seminarios.
La consideración anterior es de Yeni Berenice Reynoso, fiscal del Distrito Nacional, quien agregó: “Visto así, las raíces del auge de la violencia doméstica no es más que el producto de un error de Estado, que no ha comenzado a formar los ciudadanos para una cultura de equidad de género, como base de la familia, desde la escuela y la comunidad”.
La magistrada Reynoso expresó que siempre estuvo en desacuerdo con la forma en que empezó a aplicarse la legislación creada en 1997, para garantizar los derechos con el objetivo de proteger la integridad física, moral y psicológica de las madres.
“La Ley 24-97, concebida para perseguir y castigar los maltratos contra las mujeres, desde sus inicios empezó a ser aplicada de manera errónea, porque sólo se centraba en la orientación y concientización del problema de las damas, dejando fuera al agresor, lo que es una barbaridad. A esto hay que sumar el hecho de que las unidades de atención a las víctimas no funcionaban los fines de semanas ni en horas de la noche, que son cuando se produce la mayoría de esos ataques".
A su juicio, ninguna ley cambia la mentalidad de una población ni de una sociedad y que esa legislación avanzada (24-97), estaba siendo aplicada por personas que se habían quedado en el pasado y que la realidad era que los actores del sistema: fiscales, policías y jueces, no tenían sensibilidad sobre el caso: “De ahí el primer fracaso”.
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