La Audiencia Nacional ha fallado a favor de un ciudadano marroquí que permaneció ocho años y once meses en prisión por una falsa denuncia de violación, al que ahora el Ministerio de Justicia deberá indemnizar con 845,650 dólares (650,000 euros) por los daños físicos y morales que le ocasionaron. En la sentencia se estima parcialmente el recurso contencioso administrativo interpuesto por el encarcelado, E.K.E.Z., que había pedido una indemnización de diez millones de euros.
Este hombre había sido condenado en junio de 2002 por la Audiencia Provincial de Almería a 13 años de prisión por un delito de violación con uso de armas, pena confirmada en marzo de 2003 por el Tribunal Supremo, que desestimó el recurso de casación interpuesto por el procesado. E.K.E.Z. había sido declarado culpable tras la denuncia interpuesta por una mujer en agosto de 2001 en la comisaría de El Ejido (Almería), en la que afirmaba que el acusado la había obligado con un cuchillo a practicar sexo oral, versión que ratificaría ante los magistrados de la Audiencia Provincial.
Posteriormente, la mujer confesó la falsedad de la denuncia y fue condenada en febrero de 2009 a tres años de prisión por un delito de falso testimonio, por lo que el Ministerio fiscal y los letrados de E.K.E.Z. interpusieron un recurso de revisión que fue admitido por el Tribunal Supremo en marzo de 2010, anulando la condena de la Audiencia Provincial. E.K.E.Z. dirigió un escrito al Ministerio de Justicia en julio de 2010 solicitando una indemnización de 10 millones de euros, al entender que había permanecido indebidamente en prisión durante 8 años y 11 meses por un delito del que había sido exculpado, sin que esta cuestión fuese resuelta de forma expresa por la administración.
Esto hizo que interpusiese un recurso contencioso-administrativo que ahora ha resuelto la Audiencia Nacional. Este hombre justificaba la elevada indemnización que pedía en que estaba casado y tenía tres hijos de corta edad cuando fue detenido, con los que no ha podido relacionarse, que no le pudieron visitar y a los que no ha podido mantener económicamente.
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