FILIPINAS.- Más de 400 personas han muerto en el poderoso tifón que esta semana azotó el centro y sur de Filipinas.
Las zonas más afectadas fueron las comunidades agrícolas en el Valle de Compostela, algunas de las cuales fueron arrastradas por las inundaciones y
deslizamientos de tierra.
Los equipos de emergencia continúan recuperando cuerpos del barro.
Los trabajadores humanitarios dicen que una de las tareas más urgentes es conseguir refugio para los cientos de miles de personas cuyas casas fueron destruidas.
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