Hace nueve años, Carlos Reynoso se aventuró a crear una clase de baile utilizando únicamente reggaeton y lo que entonces se conocía como “género urbano”. Para el público del Gold’s Gym Evaristo Morales, de clase media alta, la oferta fue chocante.
Era difícil sacar de sus cabezas que todos esos golpes de cintura tenían cabida fuera de los vecindarios de clase baja; merengue y salsa eran los bailes latinos socialmente aceptados.
Pero Carlos confiaba en que el fenómeno “Gasolina” le ayudaría a copar su salón. Hoy la clase de showdance alcanza llenos totales... pero no necesariamente a causa del ritmo puertorriqueño.
El desacato llega a su punto álgido cuando suena una canción de dembow o género urbano, un ritmo salido de los barrios marginales de Santo Domingo.
El “género”, como se lo conoce a secas, es una combinación del beat del dembow reggaetonero, la soca y elementos del electro hip-hop, que sirven como base para letras que retratan la realidad socioeconómica de muchos.
La aspiración es llegar a tirar papeletas en la mesa de la discoteca, ligar con la mujer más dura del barrio y mantener a la policía tranquila en caso de lío.
En pocas canciones se expresa mejor este sentimiento que en De lo mío, de Monkey Black. Para las mujeres, la felicidad sería tener dinero para Tinte, tarjeta y cabaña, de Nipo Fr. Paramba –en referencia al salón de belleza, la tarjeta para recargar el móvil y tres horas en un motel–.
Y según Mozart La Para, uno de los exponentes más exitosos, es andar Armao, bebío y con cualto.
Mozart recientemente dio un concierto en solitario en el Hard Rock Café, un antro frecuentado mayormente por estratos pudientes. Parte de su popularidad se debe al efecto de la canción "El verano todo lo mueve".
Mozart recientemente dio un concierto en solitario en el Hard Rock Café, un antro frecuentado mayormente por estratos pudientes. Parte de su popularidad se debe al efecto de la canción "El verano todo lo mueve".
La cerveza Presidente, uno de los iconos de la dominicanidad, vivió uno de sus más grandes hitos publicitarios en 2011 con una canción en donde Melymel, Villanosam, Nico, Black Point y Mozart exponían las virtudes del verano quisqueyano.
Gracias a este tema, sus nombres pasaron a ser conocidos más allá de su público tradicional. Antes de eso, el género tuvo un momento importante hacia 2008.
Si bien muchos artistas llevaban más de un lustro tratando de despegar, el dembow comenzó a subir de clase con el tema Pepe, Pepe, de Doble T y El Crok, uno de los primeros en experimentar con una musicalización más electrónica y una cadencia más rápida que el reggaeton.
Si bien muchos artistas llevaban más de un lustro tratando de despegar, el dembow comenzó a subir de clase con el tema Pepe, Pepe, de Doble T y El Crok, uno de los primeros en experimentar con una musicalización más electrónica y una cadencia más rápida que el reggaeton.
El estribillo pegajoso y el baile tipo cangrejo hizo que muchos comenzaran a escucharlo de forma irónica. Pero llegó un momento en que no pudieron con el gusanillo en la oreja y la coreografía que les hacía extender sus extremidades casi a modo de cangrejo, jugando en sintonía con los movimientos pélvicos –después de todo, según dice la leyenda, el baile fue creado por una diva gay-.
Quizá justo por eso el segundo factor que ha permitido que estas canciones lleguen tan arriba es el zumba.
Son clases de baile aeróbico latino que están de moda entre las damas adineradas, y el nivel de rabandolería es directamente proporcional a la cantidad de temas del género que suenen en una sesión. ¿Qué puede hacer más feliz a una de esas finas damas que salen en revistas de sociedad que tres minutos de golpes de cintura a ritmo del Teke Teke ? aparentemente, poco.
Carlos Reynoso imparte clases de zumba en el Santo Domingo Country Club, el recinto élite por antonomasia en esta ciudad. Cuenta que no hay salsa ni merengue que pueda contra Ponme eso pa’ lante, de El Chuape.
Carlos Reynoso imparte clases de zumba en el Santo Domingo Country Club, el recinto élite por antonomasia en esta ciudad. Cuenta que no hay salsa ni merengue que pueda contra Ponme eso pa’ lante, de El Chuape.
Y sí, en la coreografía las señoras ponen to eso "p’a lante" ¿es exportable? totalmente. El Batallón, un grupo de electro hip-hop dembow, recientemente finalizó una pequeña pero exitosa gira por Francia, y Mozart ha dado cuatro viajes a Colombia en cerca de un año. El género solo necesita que el famoso dj Diplo le saque un remix para llegar más lejos.
Y justo a mediados de junio, el estadounidense soltó un escueto tuit que apenas decía “El teke teke”. Algo me dice que eso viene.
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