Los cárteles mexicanos del Golfo y de Los Zetas han comenzado otra siniestra y sangrienta carrera para comprobar quién firma la mayor matanza. Tras la aparición esta misma semana de dieciocho cadáveres descuartizados en una carretera de Guadalajara, en la mañana de este domingo el portavoz de seguridad estatal Jorge Domene, ha confirmado que los cadáveres encontrados esta madrugada en la carretera libre a Reynosa, en Cadereyta (norte), son 49 y ninguno tiene cabeza, ni pies, ni manos, presuntamente para dificultar su identificación. «El hallazgo de una manta en el lugar apunta a que este hecho tan
violento es autoría de la banda de los Zetas», afrimó.
Personal del Servicio Médico Forense, policías estatales y federales, elementos del Ejército y peritos de la Fiscalía estatal se desplegaron en el lugar para investigar este suceso, del que aún no han trascendido más noticia que la existencia de un «narcomensaje», cuyo contenido se desconoce.
Hace apenas cuatro días, dieciocho personas fueron asesinadas y desmembradas para abandonar sus restos en una carretera cercana a Guadalajara (Jalisco). Algunos medios aseguraron que los fallecidos no tenían ninguna relación con el crimen organizado y que la acción sólo persigue sembrar el pánico entre la ciudadanía.
Y el día 4 de este mes otras 23 personas eran ejecutadas en Nuevo Laredo. Nueve colgaban de madrugada en un puente con visibles signos de tortura. Apenas unas horas más tarde, y como probable respuesta a este crimen, eran abandonados los cuerpos sin cabeza de otros 14 individuos.
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