Este pequeño cítrico ofrece un sinfín de ventajas. Su gran aporte de
vitamina C hace de ella uno de los alimentos indispensables en la mesa
de todos los hogares. Contiene potasio, necesario para el correcto
desarrollo del metabolismo celular, y calcio, que fortalece huesos y
dientes. Las mandarinas poseen también altos niveles de fibra que pueden
evitar enfermedades cardiovasculares, estreñimiento, cáncer de colon y
obesidad.
Gastronómicamente se considera excelente, pues, además de su consumo natural, permite preparar jugos, mermeladas, licores y cócteles, se le puede incorporar a salsas agridulces que acompañan a ciertos platillos, como ensaladas y pollo estilo oriental, y otros a
base de cerdo y pescado. En repostería, por la forma decorativa de sus
gajos, se emplean a menudo para adornar postres. También se utilizan en
la preparación de pasteles, tartas, bizcochos, sorbetes, cremas y
flanes. La ralladura de la piel de mandarina es perfecta, como la de la
naranja o el limón, para aromatizar salsas, aceites e infusiones. La
clave para elegir las mandarinas que resulten jugosas es que sean
pesadas en relación a su tamaño y es importante que la piel esté bien
adherida a la pulpa. Fíjate en su aroma, que es más significativo que el
color de la piel. Un olor dulce e intenso es síntoma de que la
mandarina está madura. En la nevera se conservan perfectamente durante
al menos una semana, incluso dos, en la parte menos fría.Gastronómicamente se considera excelente, pues, además de su consumo natural, permite preparar jugos, mermeladas, licores y cócteles, se le puede incorporar a salsas agridulces que acompañan a ciertos platillos, como ensaladas y pollo estilo oriental, y otros a
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