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martes, 22 de octubre de 2013

Su vientre parece de embarazada pero en realidad es causa del alcoholismo

na mujer tiene que drenar 23 litros de líquido de su cuerpo cada tres semanas. Desarrolló cirrosis hepática después de tomar un promedio de tres botellas de vino todos los días.
Cuando Jo va sube a un ómnibus, la gente le ceden su lugar y extraños se detienen a preguntarle cuando nacerá su bebé. Con 35 años y pareciendo embarazada, es fácil deducir porqué sucede esto. Pero la historia detrás de la gran panza de Jo es más siniestra: la adicción
al alcohol.
El consumo excesivo de alcohol ha causado que su hígado se dañe tanto que acumula líquido en el abdomen. Sufre de cirrosis del hígado, que es cuando tejido sano se convierte y es reemplazado por tejido cicatricial.
Esta condición ha causado que Jo desarrolle un efecto secundario llamado ascitis, que es la retención de líquidos que la hace parecer embarazada y hace que las venas sobresalgan de su estómago.
El fluido contiene nutrientes y toxinas que el hígado normalmente procesaría.
Cada tres semanas debe viajar al Hospital James Cook University en Middlesbrough, Inglaterra, y drenar varios litros de líquido mediante un procedimiento doloroso, donde le insertan una aguja y un catéter en su cuerpo.
Su única esperanza de supervivencia es un trasplante de hígado, pero tampoco hay garantía de que vaya a sobrevivir con eso.
Jo fue víctima de la adicción al alcohol después de trabajar en un bar durante varios años. Rodeada de alcohol durante todo el día, su consumo en espiral se salió de control en los últimos cinco años. Terminó bebiendo tres botellas de vino rosado todos los días.
Por lo general, el proceso de drenaje de alrededor de 12 litros de líquido toma unas ocho horas. En el caso de esta mujer, los médicos filtran la asombrosa cifra de 23 litros de su abdomen en cada visita al hospital.
Jo actualmente está sobria, pero el daño a su hígado es irreversible.
A medida que el líquido se acumula entre las visitas al hospital, ella lucha para caminar o vestirse.
Ahora vive de nuevo con su madre que se ocupa de ella, tiene prohibido tener una tarjeta de crédito (en caso de que quisiera comprar alcohol) y queda encerrada en su casa cuando su madre no está.

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