NUEVA YORK._ Parientes inmediatos, entre ellos hijos y hermanos de cuatro miembros de una familia dominicana nativa de Mao que murió calcinada en un fuego ocurrido en el sótano de la casa donde vivían las víctimas, denunciaron que las muertes se debieron a negligencia de bomberos y policías.
El señor Raymundo Antonio Ureña de 59 años de edad y hermano de Alcedo Ureña, el segundo muerto en el siniestro y Marisol Pérez, hija de Alcedo, dijeron que los bomberos se tardaron una media hora en conectar las mangueras a los hidrantes, a pesar de los ruegos de Antonio para que lo hicieran con la mayor rapidez posible.
Además de Alcedo, en el fuego perecieron su esposa Nancy y sus hijos Mariselis de 18 y Jesús Ureña de 21. Otro de sus hijos, Raymundo, sobrevivó milagrosamente, sufriendo quemaduras menores en la espalda y el cuello ye stá interno en el hospital Jacobi de El Bronx.
La hija de la víctima, señaló sin olvidársele el popular c… usual en el lenguaje vernáculo de los dominicanos que "ellos, los dejaron morir".
Desgarrada por un inconsolable e inctrolable llanto, ella recordó que su padre, siempre un hombre bueno y trabajador que no merecpia morir de esa manera.
"¡Diablo, c… diablo!", repetía varias veces Marisol, siendo agarrada por el señor Ureña y otro pariente de la familia y a punto de desmayarse frente a las ruinas que quedaron de la vivienda de dos plantas siniestrada y situada en el número 11 de la calle Bond, en cuyo frente fue colocada la bandera dominicana.
"No hicieron nada para tratar de salvarlos", exclamó Ureña.
"Yo estaba aquí, no hicieron nada. En media hora comenzaron a echar agua. Se los dije a los mismos policías, pero se pusieron a mirar y no hicieron ná…", reclacaba Ureña, también preso de la impotencia y la desesperación.
Mientras docenas de curiosos, entre familiares, allegados, vecinos y personas de otras áreas que acudieron a ver lo que quedó de la vivienda, presenciaban la desolación, Ureña negó que el fuego comenzara por un carro supuestamente estacionado frente a la casa y cerca del sótano.
"Eso es mentira, aquí no había ningún carro. Se oyeron dos explosiones adentro", añadió el denunciante.
"Los bomberos llegaron con una manguera vacía", dijo por su parte otro pariente de la familia Ureña que no quiso identificarse.
"Son unos mentirosos, ahí no había ningún carro, c…", insistía Marisol.
Preguntados si se trató de algún problema con la boiler (sistema de calefacción), Ureña respondió que no e insisitió en que en la casa, hubo explosiones.
"Los bomberos y los policías, lo que estaban haciendo era mantener a la agente que estaba viendo el fuego, lejos de la casa, pero no hicieron nada para entrar y ayudarlos", agregó Ureña.
"Nadie hizo lo necesario para rescatarlos", expresó Ureña sollozando. "Fue negligencia de los bomberos y los policías".
"Si esto hubiera pasado en la República Dominicana, los bomberos hubieran roto la puerta por debajo para llegar y rescatar a las víctimas", explicó Ureña.
Insinuó que por ser inmigrantes latinos, las víctimas no fueron ayudadas como debieron haberlo hecho los bomberos y la policía.
El Departamento de Bomberos de Mount Vernon respondió a las críticas de los parientes de los muertos, explicando que el fuego estaba muy avanzado cuando ellos llegaron a la escena del siniestro, a pocos minutos de recibir la llamada.
El jefe de bomberos, Ed Stevenson, dijo que la familia quedó atrapada entre una estela de espeso humo y el fuego que les bloqueaba la única entrada a la vivienda.
Otra puerta del apartamento habilitado en el sótano, estaba cerrada con llave desde el interior y en parte de arriba.
"Eso es lo que hizo que esas personas murieran", señaló el oficial Stevenson.
Indicó que el cadéver de una de las víctimas, fue hallado cerca de esa puerta en el sótano.
Los investigadores dijeron que en el fuego no actuaron manos criminales, por lo que no se contempla arrestar a ninguna persona en relación a la tragedia, aunque la casa, clasificada como vivienda unifamiliar tenía tres apartamentos para igual número de familias.
El propietario que rentó la vivienda a la familia Ureña, murió en el 2005 y no quedó claro quienes pagan los impuestos ahora, en tanto los funcionarios de la ciudad, no pudieron identificar a los nuevos responsables de la vivienda.
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