Los académicos Juan Alberto Ruíz Tapia y Susana Ruíz Valdés, de la Facultad de Contaduría y Administración, y Jeanett Campos Chávez, de la Facultad de Economía, explicaron que este proyecto pretende incorporar al bastón electrónico el soporte de localización geográfica vía satélite.
La idea es que el usuario pueda tener todas las referencias de un entorno para orientarse, de la misma forma que hoy lo consigue un conductor para llegar a un destino desconocido.
Añadieron que se pretende también incorporar un sensor capaz de detectar obstáculos situados a dos metros, en un rango de 25 grados horizontales y 50 grados en vertical; "los objetos u obstáculos deben tener un tamaño superior a tres centímetros, para que el bastón empiece a vibrar".
Los investigadores de esa casa de estudios mexiquense precisaron que la primera parte de su investigación fue documental, con la finalidad de conocer los dispositivos existentes para personas invidentes; la segunda parte, precisaron, comprende el desarrollo del bastón.
El bastón, puntualizaron Juan Alberto Ruíz Tapia y Susana Ruíz Valdés, tiene el objetivo de ser una prolongación del cuerpo, una herramienta táctil fabricada con fibras sintéticas, que guíe los pasos del invidente, haciéndole notar sobre qué tipo de superficie está caminando y proporcionándole información sobre su ubicación.
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