Xavier Hubert-Brierre y Michel Guiss Djomou colocaron un espejo y una cámara oculta cerca de Nyonié, en Gabón. Su intención era filmar a la fauna y sus reacciones al encontrarse frente a sus reflejos. Pero tal vez no pensaron que grabarían imágenes tan enternecedoras.
Dos leopardos salvajes conocieron a sus reflejos. Primero se acercan cautelosos, tal vez no conscientes de que se trata de ellos mismos. Luego, cuando comprueban que las presencias no son amenazadoras, comienzan a jugar con sus otros yo.
La curiosidad de los felinos los lleva a pasar por debajo y por encima del espejo, quizá tratando de averiguar qué hay del otro lado y qué es lo que les muestra este pedazo de vidrio.
Impresionante ver a dos feroces animales retozando como si se trataran de dos gatitos y pavoneándose como pavorreales.
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