Desde que se inició la actual temporada ciclónica en la cuenca Atlántica, el pasado 1 de junio hasta la fecha, se formaron 12 tormentas tropicales, cinco de las cuales alcanzaron categoría de huracán (Chris, Ernesto, Gordon, Isaac y Kirk).
Para el período -que se extiende hasta el 30 de noviembre- los expertos pronosticaron la posible formación y desarrollo de entre 10 y 17 ciclones en toda el área, cinco de los cuales alcanzarían categoría mayor.
Hasta el momento la temporada se ha destacado por la presencia de dos organismos anticipados en mayo, Alberto y Beryl, hecho no reportado al
menos en los últimos cien años, y cuatro antes de finalizar junio, algo que no sucedía desde el 2005.
Por su parte, agosto terminó con la evolución y desarrollo de ocho tormentas, lo que abre un nuevo record de ciclones que se forman en este mes. También destaca por la aparición de Leslie, formada prematuramente en la cuenca atlántica, eclipsada sólo por Luis en 1995.
Sin embargo, todavía quedan septiembre y octubre, los de mayor actividad, en tanto noviembre que ha dado algunas sorpresas.
La práctica de relacionar a los fenómenos meteorológicos comenzó hacia los primeros años del pasado siglo, con el objetivo de ayudar a identificarlos rápidamente en los mensajes de alarma.
Los nombres de los ciclones siguen un sistema establecido por la Organización Meteorológica Mundial, que incluye una lista ordenada alfabéticamente. En el caso de aquellos que identifican a huracanes muy destructivos no vuelven a emplearse nunca más.
Tal es el caso de Katrina, que golpeó Estados Unidos en 2005, y el Mitch, Honduras, 1998.
En el caso de que más de 21 ciclones tropicales con nombre ocurran en la temporada del Atlántico, las tormentas adicionales tomarán su nombre del alfabeto Grieg Alpha, Beta, Gamma, Delta.
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